viernes, 6 de junio de 2008

Las primeras Escuelas Populares en Chile

Las Escuelas populares en Chile

Diego Thomson y el método lancaster de la educación En Argentina, se instauró el método de Lancaster a través de otro cuáquero inglés, el ya mencionado profesor Diego Thompson. Esta es una historia interesante de conocer, pues Thompson arribó en 1818 al Río de la Plata con una doble misión, ser el representante de la Sociedad Lancasteriana y de la Sociedad Británica y extranjera, cuyo propósito era la evangelización y la difusión de la Biblia. Alcanzó a crear 8 escuelas Lancasterianas en Argentina. Gracias a la libertad religiosa que deseaban imponer las autoridades, logró realizar la primera reunión evangélica protestante en Buenos Aires, el 19 de noviembre de 1820, empezando de esa manera a ser públicas esas reuniones que hasta entonces se hacían secretamente en el seno de las familias de los extranjeros que profesaban esa fe. También por vez primera se empezó a leer la Biblia en las escuelas de esa ciudad, por supuesto que en laslancasterianas. En 1821, O’Higgins apoyó decidida mente que se gestionara la implementación del método de enseñanza mutua “para dilatar hacia todos los puntos de Chile la Enseñanza en todas las clases, especialmente la más numerosa e indigente”. En el mismo año, el gobierno de Chile, a través del Ministro Miguel Zañartu, ofreció a Diego Thompson la suma de mil doscientos pesos anuales, con el propósito de fundar un colegio lancasteriano, que como señalamos, se basaba en que los alumnos más aventajados enseñaban a los demás, y así se podía suplir la carencia de maestros. Thompson, que estaba residiendo en Argentina, aceptó el contrato que se le ofrecía. La suma señalada era considerable para la época –aproximadamente diez veces más alto de lo que ganaba un maestro nacional- y demuestra el profundo interés del gobierno de Chile en mejorar la educación de sus nacionales. Para que el lector tenga una aproximación del valor del sueldo ofrecido a Thompson, con ese dinero podía comprar 100 vacas gordas o bien 800 ovejas. Tenemos que tener presente que con el método de enseñanza mutua solamente se enseñaba a leer, a escribir y los principios de la aritmética.Otra muestra de la buena aceptación que el método tuvo en Chile está en que, en 1822, el gobierno, mediante decreto supremo, creó una Sociedad Lancasteriana, para difundir el método en nuestro el extenso territorio. (Cruz, Nicolás y Whipple, Pablo, 1997: 226). En la Sociedad se inscribieron connotados personajes, como señala la siguiente lista de miembros: Bernardo O´Higgins, Manuel de Salas, Domingo Eyzaguirre, Joaquín Campino, Francisco García Huidobro, entre muchos más. Thompson era cuáquero, como se dijo más arriba y en Argentina sufrió las suspicacias propias de su condición de protestante en un país católico (Weinberg, G. 1995:109-110), que también habían afectado al fundador Lancaster en Inglaterra, Estados Unidos y también en Colombia, pero Thompson tuvo más suerte, pues logró el reconocimiento del gobierno, quien le concedió además la ciudadanía en mérito a su labor educacional y lo recompensó con la ciudadanía Argentina, hecho que le abrió sin duda las puertas de otros países de la región. El método comienza a interesar también en Brasil, en 1820, cuando por decreto del 3 de julio, se comisiona al profesor Joao Baptista de Queiroz para que viaje a Londres a conocer el método y se asigna al enviado una pensión anual.Se fundaron varias escuelas lancasterianas en nuestro país, a saber: dos en Santiago, una, con 200 alumnos, otra anexa al Instituto Nacional, con 150 estudiantes; otra en Valparaíso creada por el gobernador Domingo Eyzaguirre con 150 alumnos y finalmente una en Coquimbo. Esta información nos indica que el método no alcanzó a ser masivo en su aplicación, pero dejó hondas huellas en la pedagogía naciente de Chile. El Decreto del 22 de noviembre de 1821, señala que todos los preceptores debían asistir por rigurosos turnos a recibir instrucción en los nuevos métodos propiciados por Thompson, bajo pena de perder sus cargos si así no lo hacían (Muñoz, 1918:96).
Se creó además el primer silabario metódico que empezaría a usarse en las escuelas del Estado, siendo éste un trabajo de Diego Thompson y se fundó una escuela normal lancasteriana, que constituye la primera creación de una institución dedicada a la formación de maestros en nuestro país. Como premio a esta esforzada labor, el gobierno concedió por gracia la ciudadanía chilena a Diego Thompson. Este pedagogo no se quedó en Chile, pues fue invitado a trabajar en Perú, desde donde salió para continuar enseñando el método en Ecuador, Colombia y México. Fruto de esta experiencia fue su libro que tiene un largo título, editado en Estados Unidos, Letters on ther moral and religious state of South America, griten during a residence of seven years in Buenos Aires, Chile, Perú and Colombia (Domingo Amunátegui, 1895)
Después de Chile, el método lancasteriano fue aplicado con gran éxito en México, a partir de 1822 y perdura en ese país hasta pasada la década de los cuarenta del siglo XX. En Colombia se implementará, como se indicó, en 1826. Abbagnano y Visalberghi (1993) recuerdan que el lema de Lancaster era un solo maestro para mil discípulos, frase que seguramente resultaba promisoria para las autoridades nacionales, siempre en busca de solución al problema de la carencia de maestros. El entusiasmo despertado por el método se atenúa en Chile y a partir de 1840 deja de aplicarse.
El método gozó al parecer de tanta amplia difusión en nuestro continente como en Europa. Como dijimos anteriormente, Rojas (1972:50-51) recuerda también que el propio Simón Bolívar conoció el método de boca de Lancaster el 26 ó 27 de septiembre de 1811, en casa del general Miranda, en Londres y alentó al pedagogo para que viajara a Colombia. Este apretado resumen sobre el método de enseñanza mutua, revela el entusiasmo con que los gobiernos latino americanos recibían las influencias de pedagogos europeos que venían a mejorar la enseñanza primaria pública. Estos docentes traerían los libros que circulaban en Europa sobre educación, con autores como Pestalozzi, Frebel, Rousseau y otros.
Como toda innovación, el método de enseñanza mutua tuvo sus críticos, que señalaban que se basaba en el temor, el cual podía producir cambios aparentes, pero como eran superficiales, no se mantendrían en el tiempo; inculcaba el servilismo en lugar de confianza, falta de carácter en lugar de firmeza de espíritu, apocamiento de la personalidad en lugar de seguridad y así muchos otros defectos que podría originar el sistema lancasteriano. A mediada que se conocían las pedagogías basadas en marcos filosóficos y pedagógicos más complejos, se veía al método de enseñanza mutua como simple y débil en su fundamentacion. Yo creo que era demasiado pedirle a un método cuyo única pretensión fue práctica: poder enseñar cuando se carecía de maestros. Ninguna crítica puede dejar de desconocer la verdad: el método d Lancasteriano fue una innovación pedagógica y por ello ocupará un lugar en la historia de la pedagogía y de los países de América.
3. EN EL SIGLO XIX
Básicamente, como nos recuerda el libro del profesor Araujo, coexistían en la América hispana tres métodos entre 1820 y 1870 más o menos: el sistema simultáneo, consistente en que se formaban los grupos- curso en una misma sala y el maestro enseñaba en forma alternativa las materias y así, trabajosamente, se daba maña para atender a las distintas necesidades de cada uno de los grupos. En Estados Unidos se le conocía como escuela de un solo salón y esta forma de enseñar se ha mantenido en las zonas rurales de nuestra América hasta el día de hoy.
Los alumnos de cada grupo se sentaban por orden de edad, los mayores adelante. El maestro, para apaciguar a los más inquietos o castigar a los más rebeldes, solía “degradar los” colocándolos en los bancos destinados a los menores, lo que servía de motivo de bromas y burlas
El segundo sistema era el individual, en que el maestro atendía a grupos bien diferenciados en edad y les daba a cada uno cierta atención personal para verificar los aprendizajes. Este sistema era propio de las escuelas privadas y evidentemente no podía ser empleado en las escuelas públicas.
El tercer sistema era por supuesto el Lancasteriano, al que ahora dedicaremos un espacio para ver sus aspectos prácticos.
El maestro, al recibir el curso, procuraba individualizar a los estudiantes más avanzados, los que se llamarían Monitores y también escogía a otros menos avanzados pero con algunas cualidades personales que indicaban que podrían ser también monitores y recibían el nombre de Ayudantes Jóvenes.
El maestro enseñaba únicamente a los monitores y a los ayudantes, después éstos transmitirían la enseñanza –lo que hubiesen entendido sus compañeros.
Los alumnos se dividían en grupos de diez y ocupaban un banco común frente al Monitor.
Al frente de la clase, se ubicaba el maestro o preceptor, quien al igual que un gerente de ciertas empresas actuales, podía de un vistazo controlar todo lo que ocurría en la sala de clases, que tenía al menos 30 metros de fondo. Este maestro, único en el salón, disponía de un silbato y ayudado con él y con su voz dirigía las instrucciones que fuesen necesarias, vigilaba las mesas y ordenaban trabajos a los Monitores
Para mantener bien aceitada esta maquinaria pedagógica y para mejorar la motivación de los Monitores y sus Ayudantes, se establecía un sistema de premios y recompensas, tales como juguetes e incluso dinero, todo a la vista de los alumnos para que se sintieran
motivados a aprender y también para que hubiese un flujo de
interesados en ser Monitores y Ayudantes.
Al alcance del Maestro (o de su regla o puntero) estaban colgados del techo los cuadros de lectura y gramática. Sobre las paredes estaba la pizarra para hacer cálculos y demostraciones.
Estaba prohibido el maltrato de los alumnos.
La disciplina era lo que permitía al unísono hacer los cambios de trabajos o de descanso, lo que envolvía una especie de ejercicio militar sincronizado. De otra manera habría sido imposible
desarrollar el trabajo escolar con tan grande número de alumnos. La enseñanza de la escritura seguía pasos bien establecidos:
Los monitores mostraban grandes tarjetas con el modelo a copiar
Los niños copiaban el modelo en una superficie de arena, para lo cual estaba adecuado el banco de trabajo, que servía para 10 niños. El lector puede ver en la fotografía del banco Lancasteriano que la superficie tiene una especie de bastidor donde se colocaba la arena.
Cuando se dominaba la escritura en la arena, los alumnos pasaba a
escribir en hileras de pizarras, donde se demoraban lo necesario
para dominar la grafía en estudio,
Después los alumnos escribían en tarjetas, empleando las conocidas plumas y tinta
Los alumnos que superaban la escritura en tarjetas pasaban a emplear los cuadernos.
En forma similar se enseñaban los números y las cuatro reglas aritméticas.

ANÁLISIS
Diego Thomson es un personaje difícil de calificar. Decir que su vida fue algo sorprendente no es una exager
ación. En Él se encargaron los anhelos de difundir la Biblia y sus verdades, junto con la educación popular y sus beneficios, Al revisar las Constituciones promulgadas por O"Higgins en 1818 y 1822, nos damos cuenta que el exclusivismo religioso a favor de la Iglesia Católica seguía vigente, pero en la de 18822 fueron incluidos 2 artículos que permitían un cierto grado de tolerancia hacia los disidentes: el artículo 215º expresaba “A nadie se castigará por pensamiento, ni por manifestación de ellos, cuando no contengan calumnias, injurias o excitaciones a los crímenes”. Y el artículo 221º establecía que: “En ningún caso ni por circunstancias, sean cuales fuesen, se establecerán en Chile las Instituciones inquisistoria”, asegurando, de esta manera a los extranjeros residentes y que profesaban el protestantismo, que no iban a ser molestados por sus creencias, fue así como más tarde llegarán a Chile, evangélicos ingleses (anglicanos) y alemanes (luteranos), en calidad de colonizadores y comerciantes, especialmente. Hombres también de la talla de Lord Cochrane y otros destacados hombres de armas, especialmente ingleses. En el año 1845 de agrega también David Lancasteriano, quien dará inicio a la obra evangélica chilena, influyendo positivamente en el ámbito de la educación en nuestra naciente república. La principal crítica al método de enseñanza Lancasteriano es que no atiende a las necesidades individuales, que no contribuye a la formación del carácter del menor y que no permite que el maestro pueda influir en el niño a través de su ejemplo y de su dedicación personal a cada uno de ellos. Pero como medida de emergencia estaba bien su aplicación. De ahí que cuando aumenta el número de maestros capacitados disminuya el entusiasmo en el método. Una verdad que salta a la vista cuando estudiamos la historia educacional del país, es que todos los gobiernos, todas las ideologías políticas se han planteado en su momento mantener el poder mediante la reproducción de sus valores y particular modo de ver el mundo a través de la escuela como entidad de la sociedad percibida como productora del bien para el individuo y la comunidad. Si la educación es desastrosamente mala, afectará el pensamiento del niño, que quedará en etapas más primarias y no llegará a dominar las funciones superiores de la lógica y el razonamiento, lo que ya había descubierto Piaget.
Bibliografía
























Formador: Wilson Rodríguez E.

Fuente Principal: Diego Thomson de A. Canclini. ASBA - 1987 “Ideas y Política de la

Independencia chilena, 1808-1823”,COLLIER, Simón: “Ideas y Política de la Independencia chilena, 1808-1823”,

CHANDLER, Charles Lyon: Joel Roberts Poinsett, en Revista Chilena de Historia y Geografía” Nº 85, 1935. Edit. Imprenta Universitaria, Stgo. de Chile.

ORTIZ RETAMAL, Juan Rodrigo: Los Evangélicos y la Política chilena. 1810-1891. Universidad de Concepción. Facultad de Educación Humanidades y Arte, Departamento de Historia. 1990.

RODRÍGUEZ R., Sergio: influencia de los Estados Unidos en el Proceso de la Independencia de Chile. 1776-1824

Las ideas lancasterianas en Simón Bolívar y Simón Rodríguez”,2006.

www.diegothomson.edu.pe, 2006




1

Totalmente en desacuerdo

No presento en ningún grado desarrolladas las característica planteadas en el enunciado.

2

En desacuerdo

Hay algunos elementos desarrollados (muy pocos) de los solicitados en el enunciado.

3

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

Solo a veces presento los elementos que se piden en el enunciado.

4

De acuerdo

Ejecuto frecuentemente, en su análisis, lo solicitado en el enunciado.

5

Totalmente de acuerdo

Realizo todo lo planteado en el enunciado.

RUBRICAS/PUNTOS

1

2

3

4

5

1

Presento un texto que trata los temas desde una perspectiva educativa y es de mucho interés. (esto por que todos mis compañeros y compañeras están invitados a leer mis textos y comentarios)

x

2

Presento un texto que tiene una extensión mínima de al menos el equivalente en Word a 3 hojas de oficio. (el máximo no está regulado)

x

3

La presentación la he realizado de tal manera que sea de fácil lectura (respecto al color, tamaño y diseño de la letra) y se puede distinguir con claridad, en la presentación, el texto de mi análisis.

x

4

Le he incorporado al texto algunos gráficos o dibujos o fotografías alusivas al tema tratado, pues considero que esto invita a una lectura más amena y denota más interés por parte del o la autora del blog (y he incorporado mi propia fotografía)

x

5

Inicio mi análisis planteando como yo entiendo lo desarrollado por el autor (parafraseo)

x

6

Durante el análisis planteo con claridad mis planteamientos, críticas, puntos concordantes o discordantes con el autor/a.

x

7

Durante el análisis utilizo frecuentemente el recurso “citas de otros autores” para reforzar lo que he planteado yo, o algún punto que considero importante tratado por el autor del texto.

x

8

Las citas que utilizo son de diversas fuentes, tales como, otros autores buscados por mi, autores o ideas tratadas en clases, citas de presentaciones o disertaciones de mis compañeros, citas de artículos anteriores, etc.

x

9

Realizo en mi análisis aplicaciones o referencias a nuestra realidad educativa si es un texto extranjero, o a realidades educativas que yo he vivenciado para explicar con un sentido contextual el texto presentado.

x

10

En el último punto del análisis presento una síntesis de lo que he querido expresar, a modo de conclusión.

x

Suma parcial de puntos de cada columna:

3

16

25

Mi suma total de puntos, según la suma parcial anterior, es de 44 puntos.

La nota de mi autoevaluación es:6.16

La nota se obtiene multiplicando el puntaje total por 0.14

(Ej.: 50 ptos. Por 0.14 = 7.0)


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